Media verónica. Imagen del gran fotógrafo taurino Mto: Juan Torres |
Por Renné Moreno:
El toro sale del toril
y se dan los lances de "recibo", pueden ser capotazos de brega o
sujetarlo artísticamente con las clásicas verónicas.
Desde luego que no hay
regla estipulada en que así deba de suceder, a veces son las chicuelinas, a
veces una larga de rodillas o faroles de hinojos, o ambos lances de pie. Excepciones
son suertes como "el imposible", una navarra y desde luego la porta
gayola o genúflexo veroniqueando. Variedad hay y se efectúa.
También hay una combinación de eventos capoteros, que muchas veces se
les llama con cierta forma despectiva "ensalada de entrada". Pero lo
que casi nunca falla y más cuando se tiene embebido al burel es el remate, esa
bella rúbrica con que se saluda y finiquita la tanda de entrada.
Puede ser la media verónica, que es el más común
en sus particulares formas -desde las manos muy bajas y rectas hasta enredarse
en una media belmontina -cuestión de gustos y aptitudes. La revolera, la
serpentina, el "manguerazo de Villalta", soltar un extremo del
capote, pasando por los recortes camperos.
Desde luego que la inventiva tiene un toque primordial en esta primera
parte de la lidia, que aunque sea con el percal, muchos puristas creen que solo
la puya constituye el 1er. tercio, siendo que ambas se acompañan forzosamente.
Renné Moreno Vélez