Macías esta tarde en su tierra estuvo con el corazón por delante, una tarde en la que su deseo de triunfo fue enorme y que al final fue reconocido por sus paisanos al retirarse entre ovaciones y fuertes palmas. Se llevó la oreja del primero de su lote tras una faena completa, de raza, temple y determinación.
Desde que tomó el capote los lances a pies juntos despertaron la expectativa y el remate con revolera inspiró los olés. Tras la buena vara de Don Ignacio Meléndez, Macías quitó por chicuelinas, aunque el astado de Arroyo Zarco tardaba en su embestida. Con la muleta asida en la derecha el de Aguascalientes comenzó su quehacer por doblones torerísimos llevándoselo así de las tablas a los medios con aires de solera.