Capacidad para 8000 personas aproximadamente,
poco más de media entrada.
Por Renné Moreno
Vélez:
El novillero mexicano:
Rodolfo Gaona Jiménez, nativo de León de los Aldama, Guanajuato. Tomará la
alternativa de manos del modesto y aplaudido matador español Manuel Lara Reyes
"el jerezano" (gozó de cierto cartel en México, donde encontró la
muerte a causa de una paliza que le propinara un
toro de "Nopalapam", en Veracruz el 6 de octubre de 1912).
El mentor de Gaona, el hispano saturnino frutos
"ojitos", antiguo banderillero de "Frascuelo", y gran didáctico,
se apresuró a organizar la corrida, ya que el gallego Indalecio Mosquera,
empresario de la monumental plaza madrileña de la puerta de Alcalá, ni siquiera
los tomó en cuenta.
Claro, un desconocido y su maestro desambientado del medio, tenían nulas
posibilidades de que se les tomara en cuenta, y peor ya casi sin dinero y
relaciones de peso. Bien, la corrida comenzó a las 3, según las crónicas y se
corrieron 6 bureles de Don Basilio Peñalver, más tratante de carne que ganadero
de bravo. La corrida pasada de edad y bien presentada, pero con muchas
dificultades, hizo sudar al gaditano y al leonés.
"Rabanero" o "robanero", berrendo en negro aparejado, abierto, y vuelto de pitones, fue el astado con el que Gaona introdujo a México al mundo de la tauromaquia en forma seria. Rodolfo vestido de celeste y oro lo lidio con conocimiento y valentía, junto a la brevedad de las faenas de aquella época.
Le cedió el mismo, Manuel Lara, de morado y oro, y lo ciñó con la investidura talar de matador de toros. Nunca sospechó "el jerezano", la simiente que plantó en el tercio de aquel redondel al doctorar al "Petronio" y de paso darle, validez y continuidad al toreo de México.
Dentro de la investigación en revistas, periódicos, libros y semanarios,
los nombres de los toros fueron:
"rabanero" (de la alternativa).
"Cilíndrelo", "triguero", "velero", "cantero" o "heridor" y "regatero".
"rabanero" (de la alternativa).
"Cilíndrelo", "triguero", "velero", "cantero" o "heridor" y "regatero".
Gaona salió en hombros, la crítica fue unánimemente positiva. Un comienzo heroico y sencillo, de ahí desembocaron miles de anécdotas, felices y muy difíciles para el "indio grande".
20 años de matador de toros duró su fecunda carrera, cuya premisa principal fue la elegancia y el triunfo apolíneo aquí y allá, consiguiéndolo en un porcentaje muy respetable.
Saludos desde el tercio.
Renné Moreno Vélez.