Es hora de un cambio en el fútbol femenil mexicano. Leo Cuéllar ya logró lo impensable y dejó una base, pero es momento de mirar al frente. En ese horizonte al que vemos, debe existir una estructura con liga, inferiores, planes de trabajo y sustentabilidad deportiva y económica.
Debemos aspirar a jugar un buen fútbol, no sólo conseguir que muchas niñas pateen un balón. Para ello hay que trabajar con las que ya están. Obteniendo un buen juego y resultados, por sí solo se generará mayor interés y creces económicas. De está forma se podrá crecer constantemente.
Mientras no invirtamos en enseñar, motivar y pulir talento femenil, lo que hagan será logro de ellas. Ahí el siguiente paso es jugar buen fútbol. Estamos en ese punto, en donde ya hay interés y talento, además motivación, falta jugar un buen fútbol, por ello la relevancia del cambio.
Es momento de un cambio en el Tri femenil, ¡pero que sea para bien!