Por: Juan Carlos Torres
Y todo iba bien hasta que sonó el silbatazo del final de la primera mitad y fue cuando sucedió el incidente que quizás sea sacado de contexto por algunos o por otros más que sin ver todo lo que sucedió se tachó de “salvajes” y “faltos de cerebro” a la afición potosina además de desatarse una serie de guerra en las redes sociales.
Yo soy de la idea que se deben de poner todas las cosas en su debido nivel y analizar las cosas de manera global. Antes de que iniciara el encuentro estuve recorriendo las tribunas del Lastras por varios lados, tanto donde se encontraba la gente apoyando al Atlético San Luis como por donde se encontraban aficionados a los Tigres e inclusive llegué a estar con los “Libres y Lokos” y tomar algunas fotografías sin que hubiera sobresaltos y con ciertos aficionados platicando un poco.
De entrada se dice que la afición potosina fue la que agredió lo cual está algo lejos de ser lo real, basándome tanto en lo que vi como en lo que platicamos algunos compañeros que estábamos presentes en el Estadio, gente que se encontraba en el mismo lugar de la cabecera de los “Libres y Lokos” aventó un artefacto explosivo a la tribuna en su parte baja donde estaban mezclados aficionados tanto al Atlético y a los Tigres y un sector fue a reclamarles que no estuvieran aventándoselos a ellos por lo cual empezó la trifulca y fue que en la cabecera sur se escuchara otra detonación y siguiendo protocolos de seguridad entrara la gente al campo para desalojar esa zona.
La cabecera norte que es en donde se encuentra “La Guerrilla” y otros grupos de animación permanecieron en su lugar durante mucho tiempo hasta que vieron que agredían a aficionados del San Luis y algunos querían ir a entrarle al quite.
Sea como sea este hecho es lamentable y lejos de que alguien aplauda alguna acción de los individuos inmiscuidos en el problema es una lástima que se presenten estos hechos en un evento deportivo y más con aficiones como Tigres que es una de las mejores de América Latina y saben comportarse (salvo como siempre un pequeño número que no lo hace) y la del Atlético San Luis que se distingue por ser una afición que va a lo que va que es animar al equipo y no tienen mucha fama de meterse en tantas broncas como las de otros equipos.
Lejos de que se diga que en San Luis “se tiene rencor” por la Invasión Tigre el pasado 9 de marzo quizás con quien se tenga cierto “rencor” sería con el dueño de ese equipo que sin duda fue el golpe más bajo para los aficionados potosinos.
Una lástima que no se hayan mandado los suficientes elementos de seguridad por parte de la policía estatal al estadio, pero aún más lástima que a los encuentros de futbol se tengan que mandar a tantos guardianes del orden para que todo esté en paz y que no sean similares a otros espectáculos deportivos como el béisbol o el básquetbol en donde se puede convivir con los simpatizantes del equipo rival sin que se tenga miedo a una agresión.