En medio de turbulencias, se agranda crisis arbitral en México

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Una situación delicada vivió el árbitro Fernando Guerrero. 
Todo aquel que ha jugado fútbol, se ha enojado con un árbitro. Por unas o por otras, siempre va a estar mal un silbante con un equipo, siempre será blanco de reclamos e insultos, pero no por eso deben ser tratados por menos que la autoridad. 

Por Genaro García Rojas:  

Nadie dice en una cascarita, yo soy el árbitro, de ahí, que sea muy complicado encontrar alguno por vocación, y aunque los hay, se espera que aquellos que llegan al profesionalismo, al menos sean eso, profesionales.

Esta semana no ha sido catastrófica para el arbitraje mexicano, ha sido lo que le sigue. Una semana turbulenta, tormentosa y por demás errática. Por cuestiones políticas y futbolísticas, los nazarenos nacionales se han encontrado en el centro del huracán.

Se ha mencionado siempre, que se deje al arbitraje de lado, que los errores de los que imparten la ley en las canchas, son parte del juego, y aunque es cierto, no podemos negar que sus errores sacan de quicio a muchos, y es que hay de errores a ¡herrores!

Andrés Fassi le dijo a Fernando Guerrero "te vas a morir cuando veas la
repetición" en alusión al gol anulado. 
Sin justificar lo hecho por Andrés Fassi, vicepresidente deportivo de Tuzos, en el Santos vs Pachuca (2-1), al reclamar airadamente a Fernando Guerrero (árbitro del juego), parece por demás lógico el enojo del directivo. Sus palabras no fueron las adecuadas; "te vas a morir cuando veas la repetición" (gol anulado); y aunque ha sido súper agigantada la situación del lenguaje, hay que encontrar el punto medio.  

El reclamo es efusivo, las palabras son incorrectas, el enojo es justificado, no así el hecho del como actuó. Es Pachuca no hay sanción, hay mucha permisibilidad tanto de la comisión como del silbante, ¡al menos poner en la cédula lo ocurrido! y debió existir castigo, no así multa (saliéndonos del código de ética chafa) y mucho menos veto, porque claramente no son amenazas de muerte, sí son reclamos inaceptables, y de ahí el castigo severo que debe tener. Aunque, la incapacidad del silbante también benefició o dejó de perjudicar a los Tuzos en varias ocasiones (mano-penal).

Se deben corregir muchas cosas del código de ética y de la comunicación con los silbantes, tanto de un lado como del otro, porque también, hay de formas a formas. Por más ético que se sea, a cualquiera lo saca de quicio los errores suscitados. Aunque haya muchos con cola que les pisen.

Luego de la exigencia de los árbitros en la semana, y ver lo hecho (no por todos) en los partidos, uno no encuentra el profesionalismo de varios. Porque así como hemos exigido el manejo serio de los futbolistas, directivos, técnicos y demás, también es para los silbantes. Sus errores fueron groseros está jornada, con sólo ejemplificarlo en dos juegos, como el citado y el Cruz Azul vs Pumas, basta para entender la falta que les hace lo exigido a los nazarenos.

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Ricardo Nieves tuvo un pésimo arbitraje en el
Cruz Azul vs Pumas.
En el Cruz Azul-Pumas, se dio una pifia enorme de Ricardo Nieves y del asistente dos Israel Valenciano, se dio uno de esos errores groseros, uno de esos esperpentos que sacan de quicio a cualquiera, y es que para no ver un balón que abandonó por 30 cm la cancha, se necesita mucha desconcentración, y eso, por más humanos, es imperdonable en un "profesional".

No deja eso fuera a la Máquina de la liguilla, lo hace su irregular campaña, pero de que echó a perder el juego, lo hizo, cambió el rumbo del mismo. Ese tipo de cuestiones no deben ser permeables en la comisión de arbitraje, mucho menos en la Liga Mx. No es el error, es la falta de profesionalismo del árbitro y de los directivos por seguirlo permitiendo. Al prepararlos mal, al designar pésimo y al no sancionar las erratas. 


Cuando se marquen los jalones en el área, cuando se tarjeteé correctamente, cuando los árbitros no sean tan localistas o beneficiantes hacia unos equipos, ese día cambiará el modo de verlos en las canchas profesionales de nuestro fútbol, serán vistos con respeto por el simple hecho de merecerlo y no sólo por vestir de "negro". Mientras no suceda, la línea del respeto y confiabilidad, seguirá siendo muy delgada. Aunque estamos conscientes de que se debe de cumplir y arengamos ese respeto por más irónico que parezca.  

Una difícil tarea es la que realizan estos hombres, pero al fin de cuentas, son parte del juego, y no se puede permitir que lo sigan manchando de esta forma, por más complicada labor y por más “humanibilidad” que tengamos. Mucho trabajo tiene en puerta Edgardo Codesal a su regreso a las oficinas del futbol mexicano.

Y aunque no sean justificables los reclamos efusivos, así como tampoco el tipo de errores, comprendemos los enojos. Y aquel que jugó fútbol y no entienda estos corajes, así como la labor del árbitro, es porque está mintiendo. Pues todo aquel que ha jugado fútbol, se ha enojado con un árbitro. No es por alentar a que hagan lo de Fassi, y repito, no es justificable, mucho menos plausible, pero es que hay de errores a ¡herrores!