Las cornadas, parte imprescindible de la fiesta brava.

Cornada mortal al diestro valenciano Manuel Granero y Valls
por el toro "Pocapena" en Madrid, Mayo de 1922.
Las cornadas, son heridas infringidas por cualquier asta o cuerno, no importa el animal, y que son penetrantes en el cuerpo humano. Desde un "puntazo" herida superficial, una cornada normal, limpia, enhebrada, grave, menos grave, que ponen en peligro la vida, cerrada (que no se aprecia orificio de entrada y/o salida), hasta lesiones que desgarran gran cantidad de tejido (cornadas de caballo), aquí no importa extensión o profundidad, sólo el hecho de entrar el pitón en la economía (antes así se le llamaba a la masa humana) es una cornada.

Por Renné Moreno: 

Las cornadas, por duras que sean, son parte
 imprescindible de la fiesta brava, es motivo
 de fatalidad. 
Cualquier animal astado puede infringir una herida de éste tipo, pero los que realmente los usan, no solo para defenderse, sino sobre todo para atacar, son los toros de lidia. No es masoquismo, pero si no existiera este riesgo potencial, le quitaría mucho significado y emoción a la fiesta. Imagínense un natural de antología, pasando a un toro sin cuernos: sería inconcebible. 

Cada temporada hay heridos por toros bravos para lidiarse, pocas son las cornadas conocidas, pero siempre existe, son inherentes a la tauromaquia. Desgraciadamente también fallecen personas a consecuencia de estas lesiones, pero es el riesgo primigenio de la fiesta y así lo acatamos los taurófilos.