Irán vendió carísima la derrota, que pagó Messi para Argentina.

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Sobre la hora, el hijo pródigo de Argentina les dio la victoria. De nuevo
Messi, ¿cuándo no?
Argentina volvió a sufrir para sacar una victoria, ahora, ante los iraníes, que les plantaron cara a los pamperos, que tuvieron que recurrir de nuevo a Messi, para que les salvara el partido sobre la hora.

Por Genaro García Rojas:

Irán se volvió a plantar en el terreno de juego como contra Nigeria, volvieron a construir una autentica muralla en el fondo, bien comandada por su guardameta, y al frente, un ataque sorpresivo. Argentina, habiendo entendido el error ante Bosnia de inicio, Sabella arrancó con más hombres ofensivos, pero no funcionó.

Ni Messi, ni Agüero, ni Di Maria, ni Higuaín y compañía, pudieron marcarle en 90 minutos a los islamitas, incluso su portero Romero, fue la figura indiscutible, atajando tres claras de gol. Pero a pesar de haber sido un juego con igualdad de llegadas, Argentina tuvo más la pelota, más posesión ofensiva, y eso sobre el final en los pies de Lionel Messi, les dio la victoria al 90+2.

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Sergio Romero, el portero de la albiceleste, fue la figura del partido. Atajó
tres balones de gol y salvó a la Argentina. 
El técnico argentino se tardó en hacer los cambios. En el campo, había desesperación por no saber el cómo derrumbar la muralla iraní y existía nervio por las contras islamitas que en favor de los sudamericanos el meta atajó. Entraron Lavezzi y Palacio, pero sólo para agregarse a la lista de jugadores inutilizados por la defensa de Irán.

Sobre la hora y con la ansiedad al tope, apareció el hijo pródigo de la Argentina, el astro del Barcelona, Lionel Messi. Tomó un balón de frente al arco, para disparar y mandar el esférico al fondo y darle la clasificación a su país tras conseguir 6 puntos.

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Los iraníes fueron peligrosos en la contra, pero sobre todo férreos al marcar.
Grata revelación mundialista. 
Cuando no caminó lo colectivo para los gauchos, cuando no caminó la individualidad, cuando no caminó inclusive Messi, fue el último, el que les daría la victoria en una sola jugada, que resume la responsabilidad de Lionel hacía con su equipo. Cuando no le pasa nada a los suyos, él debe aparecer. Pasó contra Bosnia, hoy también contra los asiáticos.  

Irán cabizbajo, afrontó el dolo, tras haber realizado un partido perfecto, que sólo el cuatro veces balón de oro, les pudo arruinar. Se ve a leguas la mejoría iraní y han protagonizado otra de las gratas revelaciones de Brasil 2014, lastima que no les va a alcanzar.