De Campbell a Oribe, y de Donovan a la CONCACAF

Por Genaro García Rojas:

En un momento en el que el fútbol ha comenzado desde hace rato a dejar de lado el heroísmo, las figuras imponentes a todos los niveles, el patriotismo y demás ismos que pudiésemos mencionar hacía un comportamiento mediático y no mercantil, Jürgen Klinsmann se da el lujo de no llevar al mismísimo Capitán América a salvarlos en Brasil.

La presencia de héroes en los terrenos de juego, figuras fuera de serie, y no hablo de cracks sino de criaturas mitológicas del fútbol, se están extinguiendo.Criaturas de esas, que enamoran aficiones con su puro sudor y entrega, que de lado estaba el tecnicismo y se disfrutaba el pundonor, de esas, de las que la quinta de Puyol, el Tri de Cuauhtémoc, los colchoneros del "Cholo" y los Estados Unidos de Landon Donovan, pudieran ser los últimos en su especie.

Como en toda regla, siempre hay su excepción, esa son los Uruguayos, que ojala no se mueran nunca, por que siempre se ha dicho, que hay que tener a uno en tu equipo para quedar campeón. Su garra y entrega son únicas, rasgos que son de los que se tendrían que globalizar más que otros.

La sola idea de no ver en los terrenos de juego a jugadores que están dispuestos a todo por sus equipo, por su afición y por su selección, me parece increíble. Hoy, el técnico de las barras y las estrellas se da el lujo, a pesar de su "no buena" relación, de dejar fuera a un tipo único en su especie. 

Aveces, la literatura ayuda en la filosofía de vida y el libro del Arte de la Guerra le hubiese ayudado a Klinsmann, pues hay que tener a los guerreros dispuestos a todo cuando la batalla te tiene acorralado y tu única salida es vencer. Sin un líder, un guerrero y hasta un héroe del fútbol en el campo, la hombrada se complica, por que enfrentar al favorito a levantar la copa, al mejor jugador del orbe en la actualidad y al mejor equipo de toda África, debe ser tarea difícil.

Hoy, seguimos sabiendo el por que nuestra confederación apuesta a todas cada mundial con México, al menos en este que podía ser la excepción, los grupos ayudaron. Y es que es muy distinto enfrentar a Italia, Inglaterra y Uruguay, que a Alemania, Portugal y Ghana, que al mismísimo Brasil, Croacia y Camerún.  

Bendito sea el suelo norteamericano y su confederación, así como el sorteo mundialísta y la FIFA que hoy seguimos siendo el hijo prodigo de la CONCACAF. Es por eso, que de Campbell a Oribe hay un largo trecho, y de Klinsmann a Donovan toda la CONCACAF.